martes, 21 de junio de 2011

Impresiones de feria II



CUANDO LOS ESPAÑOLES MEDÍAN TRES METROS

Un caluroso sábado de junio firmé libros por primera vez en mi vida. Digo por primera vez porque espero que haya una siguiente, claro. Ya se que queda muy bien decir que es un coñazo y que qué palo, pero la verdad es que a nadie le amarga sentirse protagonista por unas horas.  La primera vez que pisé la Feria del Libro volví con tres libritos divulgativos, dos de los cuales aparecen en “Celacanto”. No puedo decir que alimentase mi amor por la lectura porque entre esa visita y la siguiente pasaron unos cuantos años.
Compartí jornada con, entre otros, Isasaweis, Gerónimo Stilton, Octavio Aceves,  y Alejandro Jodorowsky.  Isasaweiss es una bloguera que enseña cómo maquillarse, cómo ponerse la bufanda, y cómo hacer merluza a la plancha. Gerónimo Stilton es un ratón que no escribe libros, sino que los protagoniza. Sospecho que no firmaba él, sino un señor debajo de un traje que daba mucho calor. Sospecho también que si eres muy pequeño resulta terrorífico el contacto con un ser de este tipo. Octavio Aceves es un visionario, que no un vidente. Alejandro Jodorowsky es el causante de que en mi piso compartido hubiera, durante años, un cuadro pintado con semen, sangre, caca, y ron. Técnica mixta, que se dice. Representaba a un diabolín con camiseta de rayas que se estaba haciendo un payés. 
Como hija de mi generación, intenté competir con tan mediáticos personajes a través de redes sociales, mails, y sms. Nunca desprecio el poder de la brasa porque hace diez años comentaba con unos amigos que Torbe no iba a hacerse famoso dando la turra por la Red. A día de hoy he conocido unas cuantas personas que no sabrían ubicar la Antártida en un mapa pero que saben y conocen todos los logros del erotómano vasco. Pues eso, que imaginé que si unas sesenta personas aseguraban que se iban a pasar, al menos una tercera parte se dejaría caer.  Y en efecto, lo normal es pensar qué le vas a poner a esa tercera parte en esa página de cortesía, mientras escuchas otra vez “¡Vaya!¡Eres zurda!”. 
Hay un grupo de personas a los que tienes más o menos claro lo que les puedes poner. A otras, no tanto. Y existe el miedo de que en el momento se te olvide el nombre de la persona, y pongas otro, y te mire con dolor y rabia diciendo “No me llamo así”.
Pero, a decir verdad, lo de firmar ha sido un carrusel de emociones. Ha aparecido gente a la que creía que no volvería a ver jamás, ha venido gente que tiene que sortear todo tipo de obstáculos urbanos, e incluso gente que me consta que no ha leído un libro en su vida. También han aparecido desconocidos, y a pesar de que aprecio mucho a todos mis amigos y amigotes, me hace ilusión que una persona decida que le ha gustado el libro tanto como para que se lo firme o lo suficiente como para comprar otro para un amigo. Estas son las dedicatorias chungas. Se por mi colección de autógrafos que lo suyo es poner “un beso”, “un abrazo”, o “con cariño”, pero yo solo he podido poner eso de “gracias, y espero que te guste”, porque teniendo en cuenta que la literatura se va convirtiendo en una cosa como para escritores,  espero de verdad que les guste a los cuatro gatos que todavía leen. A las competiciones de culturismo van culturistas. A los conciertos van personas que tienen un grupo. Los fanzines los compran tíos que hacen otros fanzines. A las charlas de ufología van ufólogos. Los cortometrajes los ven otros cortometrajistas. La poesía le interesa casi exclusivamente a los poetas. Y ahora los libros los leen otros escritores, y  me acuerdo de que la primera vez que fui a la Feria del Libro todavía no nos habíamos fundido en un magma de normalidad y la gente tenía hobbies. Uno de ellos era leer.


PD: Hoy me enterado de que frente a mi logro, Laura Gallego ha firmado unos 1300 libros, de lo cual me alegro. Isasaweiss no se cuántos ha firmado, pero su ayuda ha sido vital a la hora de conseguir maquillarme y peinarme en condiciones.  Y contra Gerónimo Stilton no tengo nada; en el stand de Lengua de Trapo también había muñecos hablando de sus cosas.

lunes, 13 de junio de 2011

Impresiones de feria


Algunos de nuestros autores, los que nos acompañaron en estos días de feria y lluvia, o sol y libros, nos deleitan con el otro lado de la mesa. Dominamos qué se siente comprando un libro y haciendo cola (o no) para una charla breve (o no) y una firma. Lo que queremos saber ahora es qué se piensa o siente decorando una portadilla con una dedicatoria. Es por eso que los autores os escriben. Dar voz al interior de la caseta.

Javier Moreno es autor de Alma. Es el primero que se expresa sobre la Feria. 



«Resulta extraño firmar libros en una caseta, se mire como se mire. Es un vestigio de otras épocas, de épocas remotas que ni siquiera aparecen en los libros de historia. De cuando los dinosaurios. Ayuda a la extrañeza el tiempo meteorológico. Llueve y hace un sol de justicia. A eso se le llama hacer un tiempo de Feria. A ello se añade que no tengo plumas, que casi no tengo bolis. Siempre me olvido de traer bolis a las presentaciones y a las firmas. En esta ocasión acudió en mi ayuda mi amigo Óscar Curieses. Lo suyo sí es una pluma. Con ella en la mano uno se siente más autor. Pero el problema mayor, naturalmente, es el de las dedicatorias. Al menos para mí. No me gusta repetir la dedicatoria, así que la cosa consiste en auscultar al lector y repentizar algo. Es como echar el tarot. Uno espera acertar. Pero siempre pienso que no, que el lector espera otra cosa y que uno nunca está a la altura de sus lectores. Lo peor es cuando uno les devuelve el libro firmado y leen allí mismo la dedicatoria. Entonces me invade el temor de que me devuelvan el libro y me digan que cómo se me ocurre, que ya me vale. Pero lo que más teme un autor –un autor como yo- es equivocarse con el nombre y firmarle el libro a fulanito cuando fulanito no se llama fulanito sino Pepe. Yo siempre temo equivocarme con los nombres. Me pasa con las personas y con las cosas. Temo confundirme. Continuamente. Por eso me gustan más los verbos. Con los verbos uno se siente más a gusto. Al fin y al cabo uno ha venido a la Feria a firmar, repito la frase una vez tras otra, a modo de consuelo.»

Javier Moreno