No somos Bisbal y eso, además de permitirnos una cierta alegría de vivir, significa que no vamos a promocionarnos a costa de la desgracia ajena. Pero resulta que sale este mes a la luz un ensayo nuestro, Estado de Vigilancia. Crítica de la razón securitaria, de Michaël Foessel -traducido y prologado por Pablo Bustinduy-, que viene muy a cuento de lo que está sucedido en el mundo a raíz del terremoto y el maremoto japoneses. Sí, el libro analiza el lugar de la seguridad en nuestras sociedades y, más concretamente, cómo la seguridad y la vigilancia se han convertido en los motivos centrales de la política –o lo poco que queda de ella- en Occidente.martes, 22 de marzo de 2011
¿Se puede pensar más allá del tsunami?
No somos Bisbal y eso, además de permitirnos una cierta alegría de vivir, significa que no vamos a promocionarnos a costa de la desgracia ajena. Pero resulta que sale este mes a la luz un ensayo nuestro, Estado de Vigilancia. Crítica de la razón securitaria, de Michaël Foessel -traducido y prologado por Pablo Bustinduy-, que viene muy a cuento de lo que está sucedido en el mundo a raíz del terremoto y el maremoto japoneses. Sí, el libro analiza el lugar de la seguridad en nuestras sociedades y, más concretamente, cómo la seguridad y la vigilancia se han convertido en los motivos centrales de la política –o lo poco que queda de ella- en Occidente.lunes, 14 de marzo de 2011
NUEVOS...
quizá, lo sabéis: hay nueva gente en Lengua de Trapo. Nueva propiedad, nueva chica en prensa, nuevo responsable del área de ensayo, nuevo responsable de números y cuentas, nuevo editor. Nuevos becarios y becarias –bueno, los becarios son siempre nuevos-, y Fernando Varela, el director de contenidos, que lleva por aquí ya unos cuantos años. Mucha novedad, aunque con la intención de conservar lo que se hizo bien, que fue mucho. Por eso, para no entrar como un elefante en una cacharrería, hemos sacado quinceporquince: quince títulos que hablan de los quince años de la editorial. Y a quince pavos, que no está la cosa para más. Porque estamos orgullosos de ellos, porque no vamos a renovar el catálogo de la editorial sin mirar atrás, y porque no todos esos libros tuvieron la repercusión -¡y las ventas!- que merecen. Quince títulos que, claro, no hacen sombra a lo nuevo, a lo que la nueva Lengua ha sacado este año: Nada es crucial, de Pablo Gutiérrez, que va por su segunda edición y ha tenido más premios de los que caben en un post (Ojo crítico, seleccionado en Granta, ahora finalista del Premio Ribera del Duero –¡a ver si gana!), Roberto Valencia, con Sonría a cámara, libro de relatos bien pensados, que ya no hay suplemento cultural o blog que se precie que no lo saque y lo ponga de magnífico para arriba… Nuestro Premio de este año, Celacanto, de Jimina Sabadú, maravillosa novela que huele a campamento de verano, crema nivea e infancia, la nuestra. Y más, claro: Ojos cortados, de Óscar Calavia, alta literatura de esa que no se deja resumir en dos líneas, pero es de lectura obligada; De la Habana un barco, de Hotel Posmoderno, único libro del catálogo, y probablemente del mercado, con autor colectivo, tráiler en youtube y trama bizarra que mezcla la pérdida de Cuba con Eduardo Punset, por ejemplo.
Y, para otro post, que este se hace largo, la literatura extranjera y los ensayos, que hemos seleccionado y traducido con mimo. Además de alguna nueva colección que dará que hablar. Y mucho.
Lo dicho: nueva Lengua de Trapo, nuevos títulos que marcan la línea editorial del nuevo equipo y nueva colección, quinceporquince, que reconoce lo hecho, mira atrás con criterio y recoge el legado de una editorial independiente, comprometida con la calidad literaria, cierto inconformismo y en búsqueda, siempre, de nuevas formas de expresión y creación.
Seguiremos.