lunes, 4 de abril de 2011

Leche, cacao, avellanas... ¿y qué?

Hay mucho falso debate, disyuntivas vacías, distinciones que no separan nada, alternativas que sólo marcan una dirección: Chacón o Rubalcaba, capitalismo anglosajón o renano, realidad o ficción, música auténtica o comercial, artesanía o industria, plátano de Canarias o el otro...
… y, claro, literatura fragmentaria, mutante y vanguardista o literatura lineal, realista o clásica, que es la falsa alternativa objeto de este post y que (no) representan los dos libros que saca ahora Lengua de Trapo.
Sí, salen en unos días, y a la vez, una novela de Pablo Gutiérrez y otra de Javier Moreno, una supuestamente menos vanguardista y lineal, otra aparentemente fragmentaria y donde ficción y realidad quedan confundidas o, en todo caso, la ficción ya no parece ser ese lugar al que recurrir para dar cuenta (y hacer cuentas con) lo real.
Dos novelas que podrían ser objeto de un debate entre lo neo y lo post, entre lo clásico y lo radical y que, sin embargo, marcan una única tendencia, una sola dirección, la de la literatura que se puede hacer hoy, esa que busca en la palabra algo más que un medio de comunicación: palabra sentida, palabra con sentido y sentidos; esa que reconoce la dificultad de separar hoy ficción y realidad y que tiene por tanto que asumir un nuevo lugar para la ficción: en la memoria, en la experiencia o en el propio lenguaje; esa que no ignora la dramática polarización (esta sí es una disyuntiva, y de las duras) entre el lector de tramas y el lector; esa que busca nuevas formas de expresión que den cuenta de nuevas formas de experiencia…
… pues eso, dos novedades en la colección Nueva Biblioteca de LdT: la primera novela de Pablo Gutiérrez, agotada desde hacía tiempo y de necesaria lectura hoy, Rosas, restos de alas –completada la edición con cinco relatos magníficos-, y la última novela de Javier Moreno (no, no es el director de El País), Alma, que, después de Click (fue Nuevo Talento FNAC hace unos años), se asoma al universo de la auto-ficción con resultados tan eficaces como necesarios.
Necesidad, sí, esa es la palabra que hace volar las falsas dicotomías en la literatura hoy: necesidad literaria, eso es lo que tienen ambas novelas. Necesidad de escribir y no de inscribirse en una tendencia, un discurso, una cuota de mercado, una tesis o una fiesta.

5 comentarios:

  1. Carolinchi (A Tope)4 de abril de 2011, 2:34

    Oyes ¿vosotros sois muy de pensar, no?

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  2. Lo justo. Sólo lo justo, no creas.

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  3. Mi no entender las portadas.
    Por ejemplo: Alma ...de soretito?

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  4. La tendencia es no seguir la tendencia.Pues entonces me apunto.

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  5. Solo literatura, nada más que eso.

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